James Hoff tiene diecisiete años y tiene todo lo que eso conlleva. Esto se ve reflejado en este libro a modo de ensayos y redacciones dirigidas a su profesor de Lengua.
Muerte a los coches parece a simple vista tener un monotema: los coches. Mas, a lo largo de la novela vemos que el escritor se quiere dirigir no solo a estos, si no que más bien es como una puerta a todo tipo de críticas contra la sociedad, de alguna manera nos muestra -con un punto irónico pero destructor- lo que estamos habituados a hacer, a comprar, ese consumismo imparable, esa inútil desviación de los problemas con que las cosas se arreglarán por si solas… ese amor tan consumista y a la vez, masoquista.
Sinceramente, creo que este libro nos quita la venda de los ojos, nos recuerda cómo veíamos el mundo cuando teníamos su edad y como hemos ido acostumbrándonos de una forma vaga a ella. Realmente este libro me impactó y me hizo recapacitar:”Cada generación necesita una revolución nueva”, en sí mismo, este libro es una revolución.
Por Lara, 3º ESO
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