Desde el principio no sabía qué esperarme del libro, nunca había leído un libro de este autor.
Al principio me conquistó con el cementerio de los libros olvidados,
porque seamos sinceros ¿a quién no le gustaría encontrarse en un lugar tan misterioso?
No me esperaba nada interesante a partir del momento en el cual el
padre del protagonista le llevara al místico lugar. La época en la que está ambientado no me llamaba para nada, era un tiempo cruel en el que si vas contra el
gobierno o la policía te mataban o te torturaban, no tenías ni voz ni voto.
A medida que seguía leyendo me adentraba cada vez más en la historia y seguía con Daniel ( el protagonista) la historia del misterioso libro y su autor Julián Carax.
Otro personaje que cabe mencionar es el señor Fermín un vagabundo (antiguo espía) que encontró en su búsqueda y del cual se hizo muy amigo. El señor Fermín
es un tanto vulgar, pero aun así llega al corazón del lector.
El final no era muy inesperado, pero tampoco es lo que te hace querer seguir leyendo sin parar más y más. Lo que de verdad se aprecia es el aura misterioso que
ofrece el autor. No me arrepiento de haber leído este libro; al revés, me siento muy feliz de haber descubierto a un autor que ha conseguido cautivarme a pesar de mi
poco gusto por historias de este género.
Por Valentyna, 4º ESO
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