Lana era una chica que estaba harta del amor, harta de que le rompiesen el corazón. Tenía dos mejores amigos, quienes no se llevaban muy bien…
Por un lado, su mejor amiga, que ya estaba un poco cansada de sufrir por amor, aunque seguía abierta a nuevas relaciones.
Por otro, su mejor amigo, el mayor cotilla de Lagos de Oná, la ciudad en la que vivían. Él tenía un blog en el que creaba historias a partir de los cotilleos de los que se enteraba en las fiestas y celebraciones a las que iba.
Todo iba normal como siempre, hasta que llegó el verano. El club del padre de nuestra protagonista no tenía socorrista para la piscina, lo cual solo significaba una cosa…¡pruebas! Solo una persona pasó, la que menos le gustaba a Lana, nuestra protagonista.
Tras esa noticia, el verano fue terrible para Lana, pero terminó mucho mejor de lo que ella pensaba.
El (sin) sentido del amor es un libro profundo que muestra una preciosa historia de amor. Como todas, tiene sus complicaciones, pero es un relato que merece la pena y es muy entretenido, desde mi punto de vista.
Por Olivia, 1º ESO
